Compartimos un montón de formas creativas de fomentar estrategias de calma, técnicas de fomento de la atención e ideas creativas de juego sensorial. Estas actividades sensoriales de propiocepción son actividades de trabajo pesado que pueden utilizarse para ayudar a los niños a abordar las necesidades sensoriales y desafiar su sistema propioceptivo.
Echa un vistazo a todas las actividades de juego sensorial de propiocepción que se encuentran en este sitio. Asegúrese de volver a menudo para encontrar más.
Por ahora, ancla esta página para guardarla para un día en que tu hijo necesite un poco de trabajo pesado.
Actividades sensoriales de propiocepción para niños
El sistema propioceptivo recibe información de los músculos y las articulaciones sobre la posición del cuerpo, el peso, la presión, el estiramiento, el movimiento y los cambios de posición en el espacio. Nuestro cuerpo es capaz de graduar y coordinar los movimientos basándose en la forma en que los músculos se mueven, estiran y contraen. La propiocepción nos permite aplicar más o menos presión y fuerza en una tarea. Instintivamente, sabemos que levantar una pluma requiere muy poca presión y esfuerzo, mientras que mover una mochila grande requiere más trabajo. El sistema propioceptivo nos permite coordinar eficazmente nuestros movimientos para gestionar las actividades del día. El cerebro también debe coordinar la información sobre la gravedad, el movimiento y el equilibrio con la participación del sistema vestibular.
Los niños que muestran signos de disfunción propioceptiva pueden hacer algunas de estas cosas:
- Parecer torpe
- Se mueve de un lado a otro cuando se le pide que se siente en silencio.
- Mostrar un mayor nivel de actividad o de excitación.
- Busca un intenso input propioceptivo “chocando y golpeando” contra cualquier cosa.
- Golpear sus pies al caminar.
- Manos de la aleta.
- Usar demasiada o poca fuerza en lápices, tijeras, objetos y personas.
- “Sin miedo” al saltar o bajar las escaleras.
- O, tienen demasiado miedo de bajar escalones/saltar.
- Mirar las partes de su cuerpo (manos/pies) al realizar tareas sencillas.
- Sentarse con demasiada fuerza o perder las sillas al sentarse.
- Se caen de su asiento.
- Fluctúa entre la sobrerreacción y la infrarreacción en respuesta a la estimulación.
- Constantemente en movimiento.
- Lento para ponerse en movimiento y luego se fatiga fácilmente.
Actividades de propiocepción como éstas son una buena manera de calmar y organizar a su hijo. Esta actividad sería un gran complemento para una Dieta Sensorial o un Estilo de vida sensorial:
