Crisis sensorial o rabieta: ¿Cuál es?

Cuando se trabaja con niños sensoriales y sus familias, una de las principales preguntas que se hacen es: ¿se trata de una crisis sensorial o de una rabieta? A menudo es difícil distinguir entre los dos, y se necesita un poco de trabajo de detective para averiguar cuál es. Determinar si se está produciendo una crisis sensorial es especialmente difícil porque los umbrales sensoriales de estos niños pueden variar día a día. A menudo oímos decir: “¿Es un comportamiento o es algo sensorial?” lo que provoca una acción en un niño. Estas son las pistas que le ayudarán a discernir la diferencia.

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Cómo saber si un niño tiene una crisis sensorial o una rabieta. Estos indicios te permitirán distinguirlo.

Los comportamientos de las crisis sensoriales y las rabietas son similares

El reto de determinar si los comportamientos son el resultado de una crisis sensorial o una rabieta, es que los comportamientos del niño en ambos casos, suelen ser los mismos.

Los comportamientos que se observan tanto en una crisis sensorial como en una rabieta pueden ser
– Gritos
– Golpear
– Patadas
– Llamada de atención
– Ocultación o evasión
– Llorar

Sin embargo, la diferencia entre una crisis y una rabieta puede encontrarse a menudo en los acontecimientos previos a los comportamientos.

Para obtener información sobre ideas de juegos sensoriales, encontrarás muchas aquí en The OT Toolbox.

Berrinches

Las rabietas suelen ser la respuesta al hecho de que el niño no haya obtenido lo que quería o deseaba de una situación, o no haya conseguido un objetivo como había planeado. En estos casos, los comportamientos suelen producirse para un público, y pueden cesar cuando el niño ha logrado su objetivo. Esto puede ser una forma de poner a prueba los límites con la figura de autoridad en la situación.

Las rabietas suelen resolverse con consecuencias, recordatorios de los límites, alejamiento de la situación o distracción del niño alterado. Además, los niños no suelen agotarse emocionalmente después de una rabieta y pueden retomar su rutina con facilidad. Este no es necesariamente el caso cuando se produce una crisis sensorial.

Qué es una crisis sensorial y cómo saber si los comportamientos y acciones de un niño son una crisis sensorial o una rabieta

Crisis sensoriales

Los Meltdowns sensoriales son el resultado de la sobrecarga sensorial, y la reacción a los grandes sentimientos que la sobrecarga provoca.

Cuando está en plena crisis sensorial, el niño no es capaz de controlar sus reacciones, comportamientos o emociones. Estos episodios también pueden dejar al niño inconsolable, incluso cuando se le ofrecen elementos de distracción o preferidos, o incluso cuando el padre “cede” a lo que el niño demanda.

Las crisis pueden aparecer sin un desencadenante, o pueden ser la respuesta a un evento que parece inocuo para los padres.

El principal indicio de que el comportamiento del niño está relacionado con una crisis sensorial es que el comportamiento no consigue un deseo, una necesidad o un objetivo.

En el caso de una crisis sensorial, disponer de un conjunto de estrategias mediante el uso de una dieta sensorial puede ayudar con la sobrecarga sensorial, los grandes sentimientos y las reacciones.

Indicios de que un comportamiento es una crisis sensorial

– Reacción a un acontecimiento, sensación o sobrecarga de información sensorial
– No es para conseguir un deseo, una necesidad o un objetivo
– Continúa incluso sin público
– Termina sólo cuando el niño se ha calmado y los sentimientos están fuera
– El niño está muy cansado después de la crisis o parece “agotado”.
– El niño puede sentirse avergonzado o abochornado como resultado de sus acciones; esto se observa normalmente en niños mayores.

Estas señales pueden aparecer en casa, en la comunidad o en el aula. A continuación se presentan estrategias para utilizar una dieta sensorial en el aula.

¿Qué puede desencadenar una crisis sensorial?

A veces, podemos ver que se avecina una crisis, y otras veces parece surgir de la nada. Esto es especialmente cierto en el caso de los niños que son un poco más mayores y entienden lo que es aceptable y lo que no. Por ello, los padres suelen informar de que sus hijos hacen un gran trabajo en la escuela y luego lo pierden en casa.

Algunos indicios de que puede ser una fusión son:

– Estar demasiado cansado o hambriento
– Las enfermedades o el malestar general -las alergias pueden ser un factor desencadenante de esta sensación de malestar general. Esto puede incluir alergias o sensibilidades alimentarias.
– “Aguantar” durante largos periodos de tiempo: ir a la escuela, al campamento, a las citas de juego, etc.
– Cambio en las rutinas: un día extra de escuela, vacaciones o un viaje de los padres. Esencialmente, cualquier cosa que se salga de la rutina diaria del niño puede provocar una sobrecarga sensorial y una crisis.

Pueden pasar varias horas o varios días antes de que se produzca una crisis como resultado de estos desencadenantes. Como resultado, puede parecer que no hay ninguna causa para el colapso hasta que se examinan los acontecimientos anteriores al evento. Si se retrocede lo suficiente en los últimos días, normalmente se puede encontrar un desencadenante.

Tanto si se trata de una rabieta como de una crisis, el comportamiento es una forma directa de comunicación de los niños a los adultos sobre lo que está ocurriendo en su vida. Conocer la diferencia entre ambos puede conducir al reconocimiento de los desencadenantes y los patrones, a la aplicación de estrategias de prevención y a la recuperación emocional exitosa en ambas situaciones.

Crear un estilo de vida sensorial para hacer frente a las crisis o rabietas sensoriales de forma que se adapte a la vida diaria de un niño con necesidades sensoriales.

Herramientas para las crisis sensoriales

El Manual de Estilo de Vida Sensorial es una guía de estrategias para ayudar a las crisis sensoriales. Tomar las actividades específicas e individualizadas que componen una dieta sensorial y convertirlas en un estilo de vida con modificaciones, estrategias y técnicas sensoriales es un estilo de vida sensorial.

Este libro es para terapeutas, padres, profesores o cualquier persona que trabaje con niños con necesidades sensoriales.

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