Trabajo cerebral de motricidad fina: Actividad de abalorios al revés

¿Tienes un niño en edad preescolar o de jardín de infancia al que le encanta la pedrería? Tenemos pruebas de nuestra pequeña amante de los abalorios por toda la casa: collares de abalorios, pulseras y limpiapipas doblados se encuentran en casi todas las habitaciones. Hemos ensartado fideos, cereales, cuentas de plástico, pequeñas cuentas de vidrio… todos los tipos y opciones que existen han sido ensartados en cuerdas de todos los tamaños y tipos.
Entonces, una vez que lo has hecho todo con una actividad o medio, ¿qué más hay que hacer?
Cambia un poco.



He pegado una cuerda en la parte inferior de nuestra mesa de comedor y he puesto algunas cuentas para la hermana mayor. ¡Le encantaba esto! La ligera variación en la actividad de los abalorios le dio algo en lo que concentrarse realmente. Tuvo que sujetar el hilo de forma que las cuentas no se deslizaran hacia abajo mientras iba a coger y enhebrar más cuentas.
Este tipo de variación de una actividad típica realmente hace trabajar al cerebro. ¿Ha intentado alguna vez escribir con su mano no dominante? Tu ritmo de escritura se ralentiza de verdad, ya que tu cerebro intenta enderezar y luego compensar la variación. En el niño pequeño se producen muchas conexiones cerebrales con tareas novedosas cada día. El bordado de este cordón fue un verdadero trabajo cerebral para ella.
Manejar la cuerda con las dos manos permite al niño utilizar ambas manos de forma coordinada. La coordinación bilateral es una habilidad importante que los niños necesitan para muchas tareas. Mientras escriben a mano, sostienen el papel con su mano no dominante mientras escriben con su mano dominante. Los dos brazos deben trabajar juntos para mover el papel mientras escriben y borran. Otros ejemplos de coordinación bilateral en las habilidades funcionales del niño son cortar con tijeras, atar los zapatos y cerrar la cremallera de un abrigo.
Los abalorios son una herramienta maravillosa para el desarrollo de la motricidad fina. La sujeción de la cuenta requiere un agarre preciso de punta a punta y la capacidad de manipular las cuentas dentro de la mano. Un objeto pequeño, como una cuenta, puede transferirse de las puntas de los dedos a la palma de la mano sin necesidad de utilizar la otra mano, lo que permite trabajar las habilidades de manipulación con la mano. Cuando se sostiene una cuenta en la punta de los dedos, se fortalecen los arcos de las manos. Si ves a un niño manejando cuentas con un espacio cerrado entre el pulgar y el índice, está compensando la debilidad e intentando estabilizar el pulgar contra el índice. Es posible que se tanteen con las cuentas y abandonen rápidamente la actividad al fatigarse los pequeños músculos de sus manos. Lo más probable es que este niño tenga una letra descuidada y un agarre ineficiente del lápiz al escribir.
Nos divertimos con nuestra nueva variante de la pedrería. Pruébalo y dinos qué tal te va.
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