Cómo utilizar las actividades de propiocepción para ayudar a tomar conciencia del cuerpo

La propiocepción es uno de los sentidos que interviene en todo lo que hacemos.  Tómate un momento para detenerte y considerar la posición en la que te encuentras en este momento.  ¿Estás descansando en un sofá?  ¿Sentado en un escritorio?  ¿Botando en un autobús urbano mientras ojeas tu dispositivo móvil?  ¿Está usted sentado en una silla de oficina con las piernas dobladas debajo de usted? ¿Pasas el rato en el parque infantil y miras el teléfono mientras tus hijos corren en círculos?



Ser consciente de la posición de nuestro cuerpo es algo que ocurre de forma automática y natural.  Esa conciencia corporal se produce de forma natural.  El sentido propioceptivo nos permite colocar nuestro cuerpo en la posición justa para que nuestras manos, ojos, oídos y otras partes puedan realizar acciones o trabajos en un momento dado. Las actividades de propiocepción ayudan a tomar conciencia del cuerpo.

El sentido propioceptivo envía información sobre la posición de nuestro cuerpo al cerebro, de modo que sabemos intrínsecamente que nuestro pie está golpeando el suelo mientras esperamos en el autobús o que nuestra pierna está acodada bajo la otra en el sofá, incluso mientras realizamos otras acciones o tareas.


Esta conciencia nos permite rodear los objetos que se encuentran en nuestro camino, llevarnos una cuchara a la boca sin mirarla y alejarnos lo suficiente de los demás mientras esperamos en la cola del supermercado.  Permite al alumno escribir sin apretar demasiado o demasiado poco el lápiz al escribir, y nos ayuda a cepillarnos el pelo con la presión justa.


La propiocepción es esencial para todo lo que hacemos.


A veces, el sistema propioceptivo no hace su trabajo.


Cuando el sistema propioceptivo no funciona correctamente, la conciencia corporal y la planificación motriz pueden ser un problema.


Los niños necesitan un trabajo intenso y de propiciación para ayudar a la conciencia corporal necesaria para habilidades como hacer cola, el control motor y la conciencia espacial en la escuela y en la comunidad.


Cuando un niño tiene que pagar atención a dónde está su cuerpo en el espacio en todo momento, no pueden atender a otra información importante como lo que ocurre en el mundo que les rodea.  No puede adaptarse automáticamente a los cambios del entorno.  El niño necesita entonces compensar visualmente para ajustar su cuerpo.  Esto puede dar lugar a que el niño sea torpe, temeroso e incluso se asuste en determinadas situaciones.


A continuación se presentan dos situaciones que describen a un niño con problemas de propiocepción.  En ambos casos, imagine a un niño que se esfuerza por saber dónde está su cuerpo en el espacio.


Imagínate que estás sentado en unas gradas en medio de una multitud de estudiantes movidos y ruidosos.  Hay muchas cosas que suceden a su alrededor, ya sea en un evento deportivo o en un gimnasio.  Pero, además, te das cuenta de que las gradas no tienen fondo en los escalones; es decir, puedes ver directamente hasta el suelo debajo de ti.  Los niños se levantan, se sientan, saltan, se pelean, y tú tienes miedo.  Tu cuerpo no sabe cómo posicionarse de forma segura. No sabes qué acción vendrá después y no sabes dónde buscar. No sabes dónde están tus pies ni si tus manos te sostienen. Subir y bajar de las gradas es francamente aterrador. Para el niño con problemas de propiocepción, el mero hecho de sentarse en unas gradas puede ser un reto y un agobio.


Ahora piensa en el niño que está sentado en su pupitre y al que se le pide que escriba una entrada en su diario.  Para el niño con dificultades propioceptivas, esta puede ser una tarea con muchas “autocomprobaciones”. Tienen que mirar sus pies para asegurarse de que están debajo de su escritorio para no meterse en problemas por casi tropezar con alguien entre los pasillos del escritorio.  Deben asegurarse de que están sentados erguidos en su silla y que su espalda toca el respaldo de la silla.  Tienen que sujetar el papel y el lápiz como les han enseñado.  Tienen que alinear el papel y las palabras y luego pensar en la fuerza con la que deben presionar el papel, cómo hacer las líneas para las letras individuales y cómo encadenar las letras para formar las palabras.  ¡Qué ejercicio es el de acomodarse y comenzar una tarea de escritura!  A estas alturas pueden haber perdido varios minutos del tiempo de escritura y aún no saben ni siquiera de qué están escribiendo.


Ambas situaciones se dan a diario.  Para el niño con dificultades de propiocepción, la capacidad de ser consciente de su cuerpo en el espacio y de planificar las acciones motrices es muy difícil.  Estos niños pueden mostrarse inquietos, inseguros, abrumados, torpes, descoordinados o perezosos.



La conciencia corporal está relacionada con relaciones espaciales visuales.


Cómo utilizar las actividades de propiocepción para ayudar a la conciencia corporal



La propiocepción está estrechamente relacionada con la conciencia corporal y la planificación motriz.

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Cómo utilizar las actividades de propiocepción para ayudar a la conciencia corporal

El sistema propioceptivo se pone en alerta cuando se realizan actividades de trabajo que implican mucha presión, sensaciones de firmeza, movimientos motores grandes y contundentes, y actividades de empuje o tracción. Estas acciones pueden ser calmantes y organizadoras.


Prueba estas actividades de propiocepción para ayudar a la conciencia corporal

Actividades de propiocepción en casa

Llevar los cestos de la ropa sucia llenos a la zona de lavandería
Vaciar la ropa húmeda en la secadora
Cambiar las hojas
Arrancar las malas hierbas
Tirar de los cubos de basura hacia y desde la curva
Llevar en las bolsas de la compra
Llevar las donaciones al coche
Lavar las ventanas
Fregado de alfombras
Palear la nieve
Rastrillar las hojas
Limpiar el suelo
Vacío
Reacomodar los muebles


Actividades de propiocepción en el aula

Llevar pilas de libros
Reacomodar los muebles
Ayudar al profesor de gimnasia a mover las colchonetas
Llevar la bandeja de las fiambreras a/desde el comedor
Flexiones de pared
Flexiones en silla
Gomas de borrar Clap
Apilar libros en la biblioteca
Colocar las sillas en los pupitres al final de la jornada y volver a bajarlas por la mañana


Juegos y acciones de propiocepción

Rayuela
Salto de obstáculos
Saltar la cuerda
Subir a los árboles
Saltar en una cama elástica
Saltar en montones de hojas
Hacer un muñeco de nieve
Prueba actividades de propiocepción con temática de dinosaurios 
Tirar de un carro
Corriendo
Juegos de palmas
Twister
Plastilina
Haz rebotar una pelota contra la pared (varía el tamaño y el peso: Utiliza pelotas más pesadas/grandes y más ligeras/pequeñas para experimentar diferentes cantidades de reacción).
Prueba estas actividades de propiocepción con temática de llama, basadas en un popular libro infantil, Llama Llama Pijama Roja.

¿Busca más formas de añadir actividades de propiocepción al juego y la terapia? Prueba las siguientes ideas. Haga clic en las imágenes para obtener más información. 

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