Oigo un choque.
Espero. pero no hay gritos. Hay algunas risas, pero nada que me haga pensar que hay un GRAN lío. Probablemente me equivoque en la parte del desorden, pero por ahora, todo está bien. Vuelvo a lo que estaba haciendo un momento antes del sonido de los juguetes que caen.
Ahhh. Un gran sorbo de jarabe de chocolate. Directo de la botella, y directo a mi boca. No hay tiempo para cucharas y ni siquiera me muevo de la tapa de la puerta de la nevera. Es mi “Momento Mamá” de hoy. Es mi respiro momentáneo de los pañales, la colada, las peleas entre hermanos y los juguetes que se estrellan. Soy un adicto al jarabe de chocolate. (¿O debería ser la puerta del frigorífico Junkie del jarabe de chocolate?)
No ocurre todos los días, ni siquiera todas las semanas. Pero algunos días, esta madre de cuatro hijos NECESITA un gran trago de la botella. Es decir, el frasco de jarabe de chocolate. Algunos días son de dos tragos de jarabe de chocolate.
Una madre necesita un pequeño momento de indulgencia.
Sabes lo que quiero decir, ¿verdad? Hay horarios, trabajo, deberes, entrenamientos de fútbol, lavandería, pañales, libros perdidos de la biblioteca, compras en el supermercado, facturas, citas con el dentista, cambios de aceite del monovolumen, averías en la cafetera (¡por favor! ¡no la cafetera!), peleas de niños… es un tornado de cosas que hay que hacer, cosas que había que hacer ayer y asuntos que hay que hacer dentro de dos días. Y no hay un final a la vista.
Como madre de cuatro niños de 8 años o menos, sé que hay momentos en los que NECESITO un momento para mí. Todas esas cosas y asuntos se acumulan y… ¡puede ser peliagudo! Mi marido me dice todo el tiempo: “¡Tómate un descanso! ¡Sal a cenar con tus amigos! Por favor, ve a una cafetería”. (¡Es un marido increíble!)
Pero ya sabes lo que pasa cuando sales de noche a tomar el postre con las amigas, ¿no? Hay que esforzarse más en dar de comer a los niños, en hacer los deberes de matemáticas y en preparar a los niños, ¡que estoy aún más agotada! Y luego, cuando llego a casa después de la salida nocturna… hay desorden y juguetes en el suelo. Es decir: los niños están atendidos, roncando tranquilamente, y mamá está descansada, pero a veces es más fácil quedarse en casa por la noche, ¿sabes?
Consejo de mamá:
Distrae a los niños con la colada.
Niño: “Mamá, ¿qué haces ahí?”
Mamá, con la boca llena de chocolate y caramelo: “Lavandería, ¿ves?”
Ejercicios de atención para niños
Plastilina de crayones
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