¿Sabía que el sistema límbico desempeña un papel importante en todo lo que hacemos? Como terapeutas ocupacionales, educadores y padres, comprender el papel del sistema límbico y su función no es sólo una información práctica… es esencial entenderlo cuando se trata del desarrollo infantil y del funcionamiento diario cuando los niños aprenden, juegan, participan en las tareas domésticas e interactúan con sus compañeros.
Hoy comparto información muy interesante sobre el cerebro, el sistema límbico y la regulación emocional. ¡Espero hacer esta explicación de la neurociencia súper fácil de entender para que puedas tomar esta información y correr con ella!
¡Hagámoslo! Recientemente, hemos tratado la regulación emocional y las habilidades de funcionamiento ejecutivo. Cuando se trata de las emociones, la regulación de los comportamientos y las habilidades mentales del funcionamiento ejecutivo, se puede ver cómo todas estas áreas juegan un papel en todo lo que hacemos en el día a día. El aprendizaje socioemocional forma parte de esto. El sistema límbico es una importante estructura cerebral que interviene en cada una de estas áreas.
¿Qué es el sistema límbico?
El sistema límbico es una zona del cerebro que incluye varias estructuras cerebrales. Entre ellos se encuentran la amígdala, el hipocampo, el hipotálamo, el tálamo y el bulbo olfativo. Hay algunas hormonas realmente importantes asociadas con estas estructuras y sus respuestas también.
Estas estructuras y sus hormonas controlan funciones como emociones, comportamiento, motivación, sueño, apetito, olfato, respuesta al estrés. Esto es realmente interesante, porque puedes conectar los puntos con esta lista y ver que las habilidades socioemocionales, el funcionamiento ejecutivo, los impulsos internos y el procesamiento sensorial (incluyendo el sentido del olfato y la interocepción) ¡se centran en un solo lugar del cerebro! (Esto no quiere decir que estos sean los únicos lugares del cerebro que también operan estas funciones).
En general, el sistema límbico es el cerebro emocional.
Es el espacio donde se produce el comportamiento de supervivencia. Es el lugar del cerebro que coordina las emociones, el miedo, la agresión, los impulsos internos básicos y los recuerdos episódicos.
¿Sabe que el olor de las galletas de chocolate recién horneadas le trae acogedores recuerdos de cuando horneaba con la abuela hace tantos años? Ahora, cuando huelas ese chocolate empalagoso horneado en la masa masticable, puede que te sientas tranquilo y en paz y te imagines en la soleada cocina de tu abuela cuando eras joven. ¡Ese es el sistema límbico en funcionamiento!
Todos tenemos recuerdos límbicos… tal vez sea el aroma de la vainilla el que fomenta un recuerdo de la infancia. Tal vez sea el olor del pegamento lo que te lleva a pelar el pegamento Elmers seco de la palma de tu mano. Tal vez sea un determinado aroma el que le traiga malos o terroríficos recuerdos. Cada uno de nosotros es único en cuanto a cómo funcionan esas conexiones en nuestro cerebro.
“El cerebro emocional, el sistema límbico, tiene el poder de abrir o cerrar el acceso al aprendizaje, la memoria y la capacidad de hacer conexiones novedosas”,(Vail, 2017).
Cómo están conectados el sistema límbico y la función
Cuando se trata de participar en las tareas diarias, la respuesta emocional, la regulación del comportamiento, el sistema límbico juega un papel primordial.
He aquí cómo funciona esta central emocional del cerebro interno en lo que respecta al sistema límbico y su funcionamiento:
El sistema límbico es un centro de respuesta al miedo, la huida y la congelación
El sistema límbico y la función están conectados por el sistema de lucha, huida y congelación del cerebro.
Una situación estresante envía señales para activar la amígdala, que procesa rápidamente esa información. Activa el hipotálamo, que indica a la glándula suprarrenal que envíe adrenalina al torrente sanguíneo. El hipotálamo también activa otras hormonas para alertar a la hipófisis.
Varias hormonas trabajan juntas para mantener el cuerpo en alerta máxima, mientras suprimen otros sistemas corporales. Las glándulas suprarrenales liberan hormonas, como la epinefrina, que actúan para aumentar la presión arterial y el ritmo cardíaco, incrementar el flujo sanguíneo a los músculos y órganos y elevar la frecuencia respiratoria. Todos estos sistemas te mantienen en alerta máxima.
Cuando estamos en ese estado de alerta máxima, es difícil realizar las tareas cotidianas.
Piensa en estar en un estado de hiperactividad y tratar de leer un libro, concentrarse en completar problemas matemáticos complejos, resolver escenarios difíciles o leer un artículo de investigación. Todas estas tareas requieren atención, concentración y la capacidad de bloquear otros estímulos sensoriales y ambientales. Para los niños, realizar tareas cotidianas como vestirse, completar la rutina matutina, interactuar con sus compañeros o aprender puede ser un escenario similar. Para algunos, ese estado de lucha/huida/congelación interrumpe la capacidad de iniciar una tarea o de seguirla.
Veámoslo de otra manera: ¿Alguna vez te ha asustado un ciervo saltando delante de tu coche mientras conducías? Probablemente recuerdes esa sensación de alerta en todo el cuerpo y tal vez hayas sentido pinchazos en todos tus brazos y ese SALTO de conciencia aguda. Cuando el ciervo se alejó haciendo cabriolas, probablemente tu cuerpo se asentó y, aunque todavía sentías esa sensación de alarma, tu cuerpo ya se estaba asentando. Esto se debe a que, una vez superada o descartada la respuesta de estrés, el hipotálamo activa el sistema nervioso parasimpático e inhibe la respuesta de estrés.
Del mismo modo, cuando se está en un estado de huida/temor/congelación, es imposible realizar tareas rutinarias, mundanas o novedosas.
El sistema límbico influye en las emociones
El sistema límbico y el funcionamiento están conectados por nuestra respuesta emocional y la regulación del comportamiento.
Como nuestro “centro emocional”, el sistema límbico influye en la respuesta conductual y la regulación emocional en todo lo que hacemos. Esta zona interna del cerebro también está profundamente asociada a las emociones. La amígdala y el hipocampo, en particular, son los centros emocionales. Estas dos estructuras se conectan a través del tálamo.
En conjunto, estas conexiones desempeñan un papel en actividades emocionales como la amistad, el afecto y el estado de ánimo. La regulación de las emociones también se produce aquí: en particular, las emociones que tienen un papel en la supervivencia, como la agresión, el amor, el miedo o la ansiedad.
Estos órganos cerebrales también ayudan al cerebro a interpretar el contenido emocional de los recuerdos. La amígdala asigna un significado emocional a los recuerdos y ayuda al cerebro a formar recuerdos basados en el miedo. El hipocampo ayuda a formar los recuerdos sensoriales, que son recuerdos asociados a la entrada sensorial.
El sistema límbico regula esas respuestas automáticas a los estímulos emocionales y desempeña un papel importante en el comportamiento. Otros lugares del cerebro, como las regiones frontales (centro de funcionamiento ejecutivo) son reclutados para la modulación de la actividad de la amígdala. Es entonces cuando se produce la autorregulación.
En lo que respecta a la autorregulación, muchos niños tienen dificultades para aprender y alcanzar sus objetivos sin ayuda. En cualquier momento, un niño (y un adulto) se encuentra con múltiples situaciones y circunstancias que requieren una conciencia de sí mismo y de los demás, así como la capacidad de tener o ganar autocontrol.
En general, un niño debe alcanzar un nivel óptimo de autoconciencia y atención plena para identificar sus sentimientos y emociones internas y estar preparado para regularse cuando llegue el momento. Necesitan aprender estrategias y técnicas que les ayuden a salir de un nivel menos óptimo para volver a un nivel de regulación “listo para funcionar” y poder realizar tareas como lavarse los dientes, leer un libro, interactuar con un amigo, cruzar la calle… ¡la lista puede ser interminable!
¿Es fascinante esta charla sobre el cerebro? ¿O es que tienes los ojos vidriosos?
Cómo facilitar el funcionamiento del sistema límbico
Lo principal es recordar que PODEMOS ayudar a los niños a regular y modular el funcionamiento interno del cerebro para que puedan jugar, aprender, interactuar con los demás y realizar las tareas cotidianas.
- Podemos enseñarles herramientas para ayudarles con la entrada de estrés y darles estrategias para que no estén en constante modo de miedo/huida/congelación.
- Podemos ofrecer una entrada sensorial que proporcione el movimiento que su cuerpo necesita para que el sistema nervioso tenga lo que necesita.
- Podemos dar a los niños las palabras que pueden utilizar para que puedan reconocer las emociones de su cuerpo.
- Podemos mostrarles estrategias para ayudarles a regular.
- Podemos ofrecer oportunidades para conectar con ellos.
- podemos ayudarles a construir una caja de herramientas personal de estrategias de regulación emocional.
Fomentar las conexiones y proporcionar el tipo adecuado de herramientas facilita la regulación emocional, la regulación del comportamiento y las habilidades de funcionamiento.
La caja de herramientas de estrategias sensoriales es poderosa para trabajar las habilidades de regulación emocional de los niños. No sólo ofrece recursos para explicar y comprender mejor los comportamientos, sino que ofrece soluciones que los niños quieren utilizar. Es una mina de oro en la construcción de conexiones sociales entre amigos, familia y relaciones sociales… ¡pero también construye esas conexiones cerebrales esenciales!
Colleen Beck, OTR/L has been an occupational therapist since 2000, working in school-based, hand therapy, outpatient peds, EI, and SNF. Colleen created The OT Toolbox to inspire therapists, teachers, and parents with easy and fun tools to help children thrive. Read her story about going from an OT making $3/hour (after paying for kids’ childcare) to a full-time OT resource creator for millions of readers. Want to collaborate? Send an email to contact@theottoolbox.com.