Las deficiencias visuales, como la insuficiencia de convergencia, el deterioro de las sacadas visuales u otros problemas visuales como la visión borrosa, pueden suponer un problema en el aula. Los estudiantes con discapacidades visuales prosperarán con adaptaciones efectivas en el aula para los problemas visuales. A continuación, encontrará estrategias que los terapeutas ocupacionales de la escuela pueden utilizar como adaptaciones para abordar las necesidades visuales y, al mismo tiempo, cumplir los objetivos educativos.
Adaptaciones para la discapacidad visual en el aula
El hecho es que la visión influye en el aprendizaje. Cuando existen problemas visuales, puede ser útil abordar a continuación qué hacer con esos problemas para maximizar el aprendizaje. A menudo, cuando se habla de la visión como una preocupación, un padre o cuidador puede replicar diciendo que el niño se ha sometido a una revisión de la vista y que puede ver bien. A pesar de la educación y los folletos, los padres siguen resistiéndose a que se realice una evaluación visual más exhaustiva de su hijo. ¿Y ahora qué? La buena noticia es que hay algunas adaptaciones que se pueden hacer en el aula para ayudar al niño. Estas estrategias también son estupendas para los niños que ya tienen gafas pero siguen teniendo problemas.
¿Qué son las adaptaciones para los problemas visuales?
Las adaptaciones son estrategias establecidas que permiten al alumno cambiar el método de aprendizaje. Las adaptaciones para los problemas visuales pueden abordar las necesidades visuales mediante cambios en los asientos, en la presentación de la información visual, en la información de los exámenes o en las actividades del aula, sin modificar lo que se examina, se completa o se enseña.
Las adaptaciones visuales que se enumeran a continuación son medios para abordar los problemas visuales sin cambiar las expectativas de aprendizaje en el aula.
Asientos preferentes
Los asientos preferentes significan muchas cosas diferentes para cada profesional. Normalmente, significa que el niño se coloca en la parte delantera del aula, más cerca del profesor, donde puede recibir un mayor nivel de apoyo por parte de éste. Sin embargo, esto no es necesariamente lo mejor para un niño con déficit de visión. Hay algunos puntos clave de los asientos preferentes para los niños con deficiencias visuales que deben tenerse en cuenta.
● Proximidad al tablero
● Dirección en la que se encuentra el niño en relación con el tablero o la zona de trabajo principal
● Nivel de distracciones visuales alrededor de la sala, incluyendo carteles, tableros y otros niños.
● ¿Es el objetivo del trabajo en el asiento y la necesidad de utilizar el tablero para lograr la finalización del trabajo?
Proximidad a la Junta
Estar lo más cerca posible del tablero no es necesariamente la mejor posición para un niño que se enfrenta a problemas de visión, sobre todo si no son de naturaleza aguda.
Por ejemplo, un niño que tiene problemas con las sacadas y el seguimiento puede no tener éxito en una posición frontal y central. Esto desafiaría a sus ojos a mirar constantemente en todas las direcciones en busca de información. Una mejor posición para ellos sería a la izquierda o a la derecha en las primeras 2-3 filas. Esto limitaría la cantidad de rastreos a ambos lados que habría que completar.
Esta posición también beneficiaría a un niño con dificultades para filtrar la información visual y que necesita que la información se limite a un lado.
A la hora de recomendar un asiento en función de la proximidad al tablero, es importante pensar en los retos a los que se enfrenta el niño desde el punto de vista visual y recomendar un asiento que favorezca el éxito.
De cara al frente
¿Está el niño de cara a la Junta?
Hoy en día, hay muchas aulas en las que los niños no están de cara a la pizarra o están en un ángulo incómodo. Esto está bien si no se espera que el niño copie el trabajo de la pizarra o utilice la información del espacio principal de aprendizaje.
Cuando no funciona, es cuando el niño necesita utilizar esta información. Lo mejor es que el niño mire al tablero de frente o con un ligero ángulo si no está sentado en el centro. Limitar el giro de la cabeza a más de 45 grados para evitar la fatiga visual y que el niño pierda su sitio al copiar.
Hay momentos en los que es conveniente que el niño esté de espaldas a la pizarra y al espacio principal de aprendizaje. Llegaré a eso en un momento.
Reducción de las distracciones visuales
Limitar las distracciones visuales y la sobreestimulación es una parte importante para ayudar a los niños con déficit visual. Si hay demasiada información frente a ellos o a su alrededor, es más probable que se pierdan visualmente, lo que hace que necesiten más tiempo para completar las tareas y que aumenten los errores al copiar u omitir pasos escritos.
Esta es una de las pocas veces que está bien que el niño esté de espaldas a la pizarra o al área de trabajo principal. Especialmente, si el niño no necesita ver la zona principal. Normalmente, este es el caso de los niveles inferiores de la educación, como el jardín de infancia hasta el segundo grado, o cuando el plan de estudios comienza a centrarse en la enseñanza dirigida por la junta.
Otras formas de limitar las distracciones visuales son mantener el espacio principal de aprendizaje libre de carteles, gráficos o decoraciones extrañas, junto con la elección consciente de los asientos del niño. Tener al niño de espaldas a las paredes ocupadas y a una gran parte de sus compañeros puede ser útil.
La mayoría de la gente piensa que las ventanas son una distracción para los niños, pero para un niño con déficit de visión, sentarse cerca o frente a una ventana puede suponer un “descanso” visual muy necesario de la estimulación. Así que no descartes todavía un asiento en la ventana.
Aumento del espacio en blanco
Las hojas de trabajo pueden ser muy abrumadoras para un niño con déficit visual. Puede que les cueste leer una hoja de trabajo ocupada, completar una hoja de matemáticas o perderse partes de las instrucciones de varios pasos.
Una forma de evitar esto es proporcionar un mayor espacio en blanco. El espacio en blanco se refiere a la cantidad de áreas en blanco o vacías en una hoja de papel. Cuanto mayor sea la cantidad de espacio en blanco, menor será la probabilidad de que un niño con déficit visual tenga dificultades.
Esto significa limitar el número de problemas matemáticos en una página de 6 a 3, por ejemplo. O utilizar el papel rayado de Handwriting Without Tears frente al tradicional papel rayado triple.
A veces, no es posible cambiar el folleto o la hoja de trabajo y hay que utilizar otras estrategias. El uso de una hoja de papel adicional para bloquear la información extra puede ser útil para crear el espacio en blanco que se necesita.
Disminución de las distracciones visuales
Ya hablé de esto en la sección de asientos preferenciales en lo que respecta a la colocación general del niño en la habitación. Sin embargo, las distracciones visuales también pueden provenir de los objetos del espacio de trabajo del niño. Las distracciones pueden ser las etiquetas con los nombres, los sistemas de comportamiento, las líneas de cartas, un compañero enfrente de ellos e incluso el trabajo que deben realizar. Estas distracciones visuales pueden hacer que el niño se sienta visualmente desorganizado, lo que le lleva a parecer un trabajo descuidado y una mala gestión del tiempo, e incluso a mostrar signos de ansiedad.
Una forma de ayudar a eliminar las distracciones visuales en el espacio de trabajo es limitar lo que hay en el escritorio del niño. Limita el espacio de trabajo del niño a una etiqueta con su nombre y otro objeto. Si se necesitan otros objetos en el escritorio o en el espacio de trabajo, dispóngalos de manera que no estén en la línea de visión directa del niño mientras trabaja.
Por ejemplo, las cajas de lápices de colores y los utensilios pueden compartirse en una mesa o grupo de alumnos. Coloca los objetos a la izquierda o a la derecha del niño para que su línea de visión directa esté despejada.
También hay que limitar la cantidad de “trabajo” que se pone delante del niño. Digo “trabajo” a la ligera, ya que la mayoría de los “trabajos” para los niños son hojas de trabajo y proyectos de manualidades. Al presentar un elemento a la vez, puede ayudar a que el espacio visual del niño permanezca despejado y a que se mantenga organizado visualmente y en la tarea.
Estructura visual para leer y escribir
A veces, limitar las distracciones visuales no es suficiente apoyo para la organización visual. A veces, el niño necesita aún más estructura para apoyar los patrones de aprendizaje y la finalización del trabajo con éxito.
Una estrategia es proporcionar al niño papel cuadriculado para que escriba en él. Está muy estructurado y proporciona límites concretos para la orientación, el tamaño y el espaciado de las letras. También proporciona imágenes para completar los problemas matemáticos en línea recta.
Otras formas de estructuración visual son las líneas de color para indicar la parte superior e inferior de las líneas para escribir, junto con las líneas “espaciadoras” resaltadas para completar los trabajos más largos.
La codificación por colores también puede ser una herramienta útil para proporcionar una estructura visual a los niños mayores. Puede ser algo tan general como una carpeta o cuaderno de colores diferentes para cada asignatura que permita al niño escudriñar y encontrar rápidamente lo que necesita, hasta algo tan complejo como escribir las partes de una ecuación matemática en diferentes colores. O incluso llegar a escribir las partes de un párrafo en diferentes colores.
La estructura visual puede ser tan simple o tan compleja como sea necesario para satisfacer las necesidades de los niños.
Reflexiones finales sobre las adaptaciones para la discapacidad visual
Cada niño es diferente y encontrar los apoyos visuales adecuados es un proceso de prueba y error que requiere tiempo y paciencia. La evaluación de los puntos débiles del niño ayudará a determinar los mejores apoyos y el camino hacia el éxito en el aula a pesar de sus desafíos visuales.
Más recursos que pueden ayudar a entender y defender las discapacidades visuales:
¿Qué es el procesamiento visual y la eficiencia visual?
Sacadas visuales y aprendizaje
¿Qué es el seguimiento visual?
¿Qué es la insuficiencia de convergencia?
¿Y si sospecha que hay problemas de visión?
¿Y ahora qué? Cuando se sospecha que hay problemas de visión después de un examen realizado por el TO, la mejor práctica es remitir a la familia a un optometrista del desarrollo.
Un optometrista especializado en el desarrollo realizará una evaluación completa y determinará la necesidad de utilizar lentes correctoras, terapia visual o un programa a domicilio para solucionar los problemas de visión.
Como terapeutas ocupacionales, es imperativo que descartemos los problemas de visión antes de tratar la escritura o los retrasos en la integración visomotora, para asegurar la mejor trayectoria posible de desarrollo y éxito para el niño.